El ámbito laboral de la construcción presenta una realidad clara en cuanto a riesgos para sus trabajadores en toda América Latina. Diariamente, se producen accidentes laborales en este sector, así como también enfermedades que derivan de las actividades practicadas en las obras. Por ende, la construcción se considera por muchos como uno de los campos profesionales más peligrosos luego del agrario e industrial.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 6.300 personas mueren al día en todo el mundo debido a accidentes o enfermedades provocadas por el trabajo, lo que significa un total de 2,3 millones de individuos fallecidos al año.
En cuanto a Latinoamérica, las cifras arrojadas por OIT indican que son registrados 11,1 accidentes mortales por cada 100.000 trabajadores de la industria, en la agricultura hasta 10,7 y en los servicios 6,9. La construcción se encuentra dentro de las que más se producen incidencias.
La prevención parece ser un tema complicado para las compañías, pues la seguridad laboral se muestra como todo un reto para las empresas de construcción del continente latino. Los factores que intervienen en el contexto son tan diversos que dificultan la tarea.
Por otro lado, son los jóvenes los que cuentan con una menor protección en comparación con los adultos mayores. De acuerdo a la OI, los empleados de entre 15 y 24 años son los más afectados. 541 millones de individuos de esa etapa de edad, que incluye 37 millones de niños con trabajos riesgosos, representan más de 15% de la fuerza laboral mundial y sufren hasta 40% más de lesiones laborales no mortales que las personas mayores de 25 años.
La experta de la OIT, Carmen Bueno aseguró que tales hechos se deben en primer lugar, a su desarrollo físico, psicológico y emocional todavía incompleto, que conduce, por lo general, a una menor percepción de los peligros y riesgos laborales. En segundo lugar, los trabajadores jóvenes cuentan con menores competencias profesionales y experiencia laboral, y adolecen de una formación adecuada en materia de seguridad y salud.
Asimismo, explicó que también influye el poco conocimiento de “sus derechos y obligaciones laborales”. La especialista añadió que otros factores como el género, la discapacidad y la situación migratoria también contribuyen de forma trasversal a esta especial vulnerabilidad.
Mientras tanto, algunos países de la región atraviesan por esta problemática más que otros. Cada uno cuenta con distintas cifras que demuestran las diversas realidades.
La realidad en la región
Específicamente, en Costa Rica, las estadísticas oficiales señalan que anualmente mueren 4,5 trabajadores de cada 100.000. El Instituto Nacional de Seguros atendió en todo el 2018, 124.339 casos que fueron reportados como accidentes laborales.
Para el año 2015, el sector de construcción obtuvo su mayor cifra de daños y fue en el que tuvo una mayor cantidad de accidentes laborales en Costa Rica, según datos del Instituto Nacional de Seguros (INS). El margen indica que dos de cada 10 personas tuvieron un percance en el trabajo de construcción o agricultura. Además, en general, se registraron 115.817 accidentes laborales.
El jefe de Seguros Solidarios del INS, Roger Arias, argumentó que se trata de actividades que generan muchos incidentes. En una construcción, un accidente laboral puede ser desde que la persona se cayó de un andamio hasta que se majó un dedo con un martillo”.
Para el 2017, el Consejo de Salud Ocupacional (CSO) propagó una serie de medidas en pro de minimizar las cifras de accidentes laborales. Este ente, junto a los ministerios de Salud y del Trabajo y de Seguridad Social, elaboró campañas educativas y normativas para regular, educar y capacitar a empleados así como trabajadores públicos y privados, en busca de disminuir los siniestros de trabajo en el país.
Pero pequeños accidentes no son los únicos acontecimientos, la defunción es la peor consecuencia. En el caso de República Dominicana, para el año 2017, el sector de construcción resultó ser el segundo con mayor incidencia de mortalidad por accidentes en toda la nación. Además, junto al ámbito industrial, continúa en crecimiento el riesgo ocupacional.
Así lo informó la Ing. Maribel Santos Pérez en una conferencia denominada “Seguridad y Salud en la Construcción”. Además, indicó que a pesar de que los datos establecieran dicho escenario, el alto porcentaje de población informal que posee el sector de construcción y los pocos organismos encargados de eso, no permite que se conozca en totalidad las estadísticas, pues son muy pocas las que se encuentran registradas.
La Administradora de Riesgos Laborales (ARL) registró, en general, 236 muertes por accidentes laborales en el país dominicano, lo que representa un porcentaje de 0,37 muertes. Según el director ejecutivo de ARL, Elisaben Matos, fueron 41.026 accidentes de trabajo, de los cuales 236 se trataron de decesos. En cuanto a enfermedades profesionales se asentaron 463.
Por otro lado, la Ing. Santos Pérez manifestó que para que República Dominicana pueda minimizar el índice de siniestralidad laboral, se debe crear un plan de acción que incluya la participación coordinada de ocho grandes grupos de actuación que apunte a la sensibilización que genere cultura de prevención, programas de formación y acciones de Obras Públicas para el tema preventivo.
Y República Dominicana no es el único país donde las cifras reales son difíciles de encontrar. En El Salvador, las estadísticas por riesgos laborales no son tan claras. En el año 2016 se registraron 20.549 accidentes laborales según el Ministerio de Trabajo y Previsión Social (MTPS), la información reveló que en su mayoría se trató del sector industria y las dolencias fueron desde contusiones, traumatismos, quemaduras, torceduras y fracturas.
Por su parte, en Nicaragua, el experto en seguridad social Manuel Israel Ruiz indicó en el 2018 que la tasa de accidentes laborales en su país es de 5%, cuando lo ideal es que sea de 3%. Ruiz explicó al medio El Nuevo Diario que en 2017 hubo 150 muertes por accidentes de trabajo, además que hubo más o menos, unos 38.000 accidentes de trabajo que en algunos casos provocaron mutilaciones en el cuerpo.
En Guatemala, los casos de accidentes laborales también son constantes, y el sector de construcción uno de los más propensos. El Ministerio de Trabajo de ese país informó que los accidentes laborales son constantes en diversas áreas ocupacionales pero sobre todo en la construcción y reparto de comida debido a la falta de precaución.
La jefa del Departamento de Seguridad Ocupacional de tal institución, María Sandoval, indicó en el 2018 que se realizó una actualización de la Normativa de Seguridad Ocupacional para disminuir los riesgos, pues el sector de construcción es en el que “más accidentes laborales se dan a nivel mundial”.
En ese país se verifican las obras, hay normativas vigentes, pero lamentablemente no todos las cumplen, ya sea el empleador o el trabajador. “A veces a los trabajadores se les dota de los equipos necesarios, pero ellos no los utilizan, y es necesario que sepan lo importante que es utilizar esos equipos”, comentó la experta.
Por su parte, el director ejecutivo de la Cámara de la Construcción, Janio Rosales, coincide con Sandoval pues comentó que en el país tienen una serie de reglamentos, el problema a veces es que las personas no utilizan los equipos.
En la capital guatemalteca, de 35 a 40 personas fueron atendidas semanalmente por accidentes laborales de acuerdo a los cuerpos de socorro. Otro estado centroamericano en el que las cifras preocupan debido a accidentes en la construcción es Panamá, tomando en cuenta que la tasa de mortalidad de esta tierra es de 4,8 por cada 1.000 habitantes para 2017.
En el 2018, el número a final de año fue de 14 muertes y en el primer cuatrimestre de 2019 se registraron cuatro decesos. El promedio por año fluctúa entre los 14 a 18 defunciones en obras de construcción. Según el Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Construcción y Similares (Suntracs), en los últimos 20 años han fallecido 350 personas por esta causa en tal nación.
El director general del Instituto Nicaragüense de Entrenamiento y Capacitación Humanística (Inechsa), Carlos Adán Rodríguez, ofreció en el 2017 un taller denominado “Neuroseguridad, la nueva tendencia para evitar accidentes laborales”, en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Allí, Rodríguez no solo brindó datos sobre Honduras sino también acerca de la región centroamericana, de la cual se refirió que existen 1.000 accidentes laborales en promedio anualmente, mayormente en el ámbito manufacturero y en segundo lugar en el área de construcción.
El experto explicó que entre los dos primeros, que son los que tienen más actividad económica, lo que se ve es lesiones en las manos, enfermedades profesionales como el túnel del carpo, lesiones en la espalda, hernias distales en el área lumbar y problemas en los riñones por falta o indebida hidratación.
Por el lado de Honduras, Rodríguez destacó que lo que más se reportan son lesiones en las manos y caídas, ya que no se toman las precauciones pertinentes. También precisó que las empresas deben ofrecer una garantía de seguridad a los trabajadores para así prevenir los incidentes laborales y las causas de más muertes.
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