Las tarifas de energía eléctrica que se aplican en la región centroamericana se ven afectadas por la tendencia mundial del incremento del precio del barril del petróleo. Para el caso, en El Salvador, la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET), respaldó un alza en el pliego tarifario de entre el 7 y 17.5 por ciento anunciado por las ocho compañías distribuidoras nacionales para el primer trimestre del presente año.
En Nicaragua, la tarifa energética que es regulada por el Instituto Nicaragüense de Energía (INE), subió 17 por ciento a partir de enero de 2022, según datos oficiales.
En tanto, en Honduras, la Comisión Reguladora de Energía Eléctrica (CREE) oficializó a inicio de año un aumento en las tarifas en promedio del 13 por ciento, con vigencia para el primer trimestre de 2022.
En Costa Rica, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) presentó ante la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos (Aresep), la solicitud de fijación ordinaria para el servicio eléctrico solicitando un ajuste de 20,16 por ciento a la tarifa a aplicarse a partir de enero de 2022.
Por su parte, en Guatemala, se anunció en el último trimestre de 2021, un alza que ronda entre el 1.9 y 2.5 por ciento, en las tarifas dicho servicio, según informó la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE) de dicha nación.
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De acuerdo a expertos en la materia, el aumento de las tarifas de energía eléctrica es una tendencia mundial arrastrada por el incremento del precio del barril del petróleo, mismo que se cotiza a precios récord en los últimos siete años pese a la reciente liberación de 18 millones de barriles de las reservas estratégicas de Estados Unidos
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