Antes de la pandemia, ya se posicionaba el concepto de mayor flexibilidad en el espacio físico para trabajar, y aparecieron propuestas con áreas de trabajo que consolidan el concepto de comunidad.
Por: Alberto Bonilla, Gerente General, Garnier & Garnier.
Los espacios de oficina compartidos toman cada vez más auge entre las empresas, tanto las que se encuentran en Costa Rica como en otras partes del mundo. Las estadísticas nos indican que actualmente solo el 3% del espacio total de oficinas en los Estados Unidos es dedicado a flex space, pero el crecimiento de estas áreas se proyecta que continúe con una tendencia al alza en el mediano y largo plazo, hasta llegar a representar el 30% del area total de oficinas para el 2030.
Ahora es más común escuchar del coworking o el flex space debido a que las empresas, principalmente las transnacionales, ven en estos espacios de oficina, una opción más ajustable a sus necesidades inmediatas, en lugar de tener un contrato a largo plazo en un edificio.
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Pese a lo que podría pensarse, la pandemia fortaleció a estos espacios, que se caracterizan, además de sus términos contractuales más flexibles que contratos de espacio de oficinas tradicional, por ser espacios de colaboración. Es el concepto de oficina que está a la vanguardia y que se adapta a las necesidades de las empresas.
Antes de la pandemia, ya se posicionaba el concepto de mayor flexibilidad en el espacio físico para trabajar, y aparecieron propuestas con áreas de trabajo que consolidan el concepto de comunidad.
Se produjo una demanda de espacio donde las personas podían reunirse con otras sin necesariamente tener que ir a la oficina. Se volvió más interesante contar con más lugares, en diferentes regiones de una ciudad o país, que se ven igual, ofrecen la misma infraestructura, los mismos servicios, acceso a internet de banda ancha confiable y todo lo que se necesita para poder reunirse y trabajar en conjunto, en un mundo corporativo que cada día se convierte más en un modelo híbrido.
En el país, la mayoría de estos espacios de colaboración de gran tamaño se encuentran localizados al oeste de la Gran Área Metropolitana, pero la creciente demanda del mercado podría apuntar a que se desarrollen también en el este y en zonas más alejadas como Liberia, San Carlos y Pérez Zeledón.
Un coworking y un espacio flex tienen algunas similitudes, pero no son iguales; la empresa TIRO Communications menciona por ejemplo seis diferencias, de las cuales hago eco.
Plazos de compromiso: el espacio de coworking se puede reservar con una tarifa por hora, diaria, semanal e incluso mensual. Mientras que, los espacios flexibles requieren al menos un compromiso de un mes -aunque normalmente son por periodos más extensos-.
Espacio de cocina: los espacios flexibles suelen tener áreas de cocina reservadas, sin embargo, los espacios de coworking incluyen áreas de cocina compartidas.
Recepcionista: un espacio flexible no tiene una persona en la entrada para ayudar a administrar el flujo de trabajadores dentro y fuera del edificio, para asignarles espacios de trabajo, responder preguntas y brindar orientación. Los espacios de coworking sí contemplan una persona a cargo del ingreso, pero como los espacios flexibles carecen de recepcionistas en el lobby, las empresas deben contratar a alguien para que asuma esa responsabilidad (con un costo adicional).
Mobiliario y equipo de oficina: los espacios flexibles normalmente vienen sin mobiliario y equipo de oficina. Se espera que los ocupantes proporcionen sus propios espacios de trabajo, mesas y sillas de conferencias, decoración y más. Tampoco cuentan de previo con sistemas telefónicos e internet de alta velocidad. En cambio, los espacios de coworking están 100% equipados con todo lo anterior.
Cultura empresarial: es difícil crear una cultura empresarial única y distinta en un espacio de coworking donde normalmente hay 10 o más empresas que ocupan el mismo espacio. Pero los espacios flexibles permiten a las empresas colocar, por ejemplo, sus propias obras de arte, configurar los espacios de trabajo de cierta manera y comprar alimentos y bebidas específicos. Esto facilita la construcción de una cultura empresarial.
Disponibilidad del espacio de trabajo: el espacio de trabajo para los colaboradores en un espacio de coworking funciona a través de reservación y cambia todos los días o incluso con más frecuencia. Lo mismo ocurre con las salas de reuniones; las empresas no tienen una sala exclusiva, sino que deben compartirlas con otras, en el espacio de coworking. Por su parte, los espacios flexibles permiten a las compañías reservar zonas de trabajo para un determinado grupo de colaboradores y facilitan una o más salas de reuniones ya definidas para la empresa.
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Con el regreso de las personas a sus trabajos, una gran cantidad de las compañías que buscan ampliar su espacio o ingresar en mercados nuevos ven en los espacios compartidos la solución para adaptarse a lo que en realidad necesitan; porque el trabajo híbrido, el teletrabajo o trabajar en diversos lugares, por ahora, se mantendrá en el corto y el mediano plazo.
En Garnier & Garnier vemos en el coworking y el flex space el futuro del desarrollo de espacios de oficina y por esta razón, trabajamos para poder ofrecerle las mejores y más vanguardistas soluciones inmobiliarias a nuestros clientes.
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