En un mundo donde más del 80% de la producción de electricidad aún depende de combustibles fósiles, que son los responsables de más del 75% del total de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global, y de cerca del 90% de todas las emisiones de dióxido de carbono se vuelve inevitable y urgente abordar el cambio climático.
La generación renovable y gestión de la energía constituyen los pilares fundamentales para enfrentar este desafío global. La electricidad es de 3 a 5 veces más eficiente que otras fuentes. Por esta razón, la convergencia de la electricidad y la digitalización son la solución más eficiente para abordar la crisis medioambiental.
En Centroamérica, se distingue un futuro prometedor en materia de sostenibilidad energética. Según el ente operador del Mercado Eléctrico Regional (EOR), se proyecta que la energía renovable cubrirá el 79% de la demanda en la región en 2023. Costa Rica se ha destacado a nivel mundial al establecer la ambiciosa meta de convertirse en un país carbono neutral para 2050, centrando sus esfuerzos en la producción de energía limpia y renovable.
En el caso de Panamá, ha iniciado una Agenda de Transición Energética para reducir los combustibles fósiles y combatir el cambio climático. El Plan Energético Nacional 2015-2050 (PEN) busca alcanzar el 70% de energía renovable en la matriz energética del país. Por otro lado, Guatemala ha definido dentro de su Política Energética 2014-2027, que para 2025 el 80% de la matriz energética provenga de fuentes renovables.
Y es que la Electricidad 4.0 representa una evolución fundamental en la forma en que concebimos y utilizamos la energía. En esencia, la energía inteligente combina los avances en electrificación y digitalización para crear soluciones más limpias, eficientes e integradas en nuestras ciudades y en la industria. Esta revolución tecnológica no solo promueve una mayor eficiencia en la generación y distribución de energía, sino que también permite un mayor control y monitoreo en tiempo real.
La electrificación sostenible se refiere a la generación de energías limpias y a la promoción de un consumo responsable. Por su parte, la digitalización de la energía a través de sensores y sistemas avanzados proporciona datos cruciales que ayudan a las ciudades y a las empresas a tomar decisiones más informadas para administrarla y monitorearla, reduciendo el desperdicio de energía.
Entre las soluciones que existen para gestionar la energía en tiempo real y optimizar procesos con mayor precisión se encuentran: la electrificación, la medición en tiempo real y la distribución eficiente de la energía por medio de IoT, Inteligencia Artificial, automatización e interconexión de dispositivos y sistemas. La inteligencia se logra a través de la conectividad y el software que interpreta los datos, lo que facilita la descarbonización de edificios, industrias y ciudades enteras.
La construcción y operación de edificios es responsable del 38% de las emisiones globales de CO2, mientras que el sector industrial contribuye con otro 30%. Schneider Electric ve en la Electricidad 4.0 una oportunidad para promover la sostenibilidad y la continuidad operativa, reduciendo costos y su impacto ecológico. El uso de software especializado permite la adopción de arquitecturas abiertas e interoperables, facilitando la toma de decisiones basada en datos cruciales.
"Cuando hablamos de digitalización son elementos físicos que se interconectan a la red y que generan información con el fin de medir factores y analizar datos dentro de un proceso de una empresa, que ayudan a determinar cómo podemos mejorar el consumo de energía eléctrica. En la electrificación de la energía, la única energía limpia que podemos tener es la eléctrica generada a partir de fuentes renovables. La electricidad 4.0 combina estos elementos para eficientar el uso de esta" señaló María José Bazo, vicepresidente de Schneider Electric Centroamérica.
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