Por: Malka Mekler
El recién inaugurado proyecto de Santa Ana Country Club (SACC) en Costa Rica le apuesta al bienestar de sus visitantes y en la protección ambiental a través de tecnologías y sostenibilidad en sus diferentes áreas deportivas, gastronómicas, de bienestar y entretenimiento.
Con una visión de la tendencia global, SACC asegura ser el único club de este país que incluye criterios de sostenibilidad desde la etapa de diseño y edificación hasta la forma de mantenimiento.
A continuación un extracto de la entrevista acerca de los retos y el proceso de desarrollo de SACC con Philippe Garnier, presidente de la junta directiva de SACC y Laura Cruz, gerente de sostenibilidad de Garnier & Garnier, socio desarrollador del proyecto.
¿Cómo visualizan construir un club o centro social a las exigencias del siglo XXI con 5 años de anticipación?
Philippe Garnier (PH): Fue un reto interesante ya que en Costa Rica no hay ningún club de este estilo desde hace 40 años y el mundo ha cambiado muchísimo, la visión siempre fue ser ese hub de familia y profesional en todas las áreas, ahorita podemos ver gente que está trabajando, que están contestando correos, gente que pasa, que va para el gimnasio y vemos que todos tenemos agendas distintas y necesidades diferentes. Creo que eso hace que el diseño del club responda a una vida nueva de integrar y mejorar la calidad de vida.
Decidimos usar estándares internacionales porque no nos queríamos medir con nada de lo que había aquí, entonces estudiamos muchísimo los clubes en Estados Unidos, Europa, Sudamérica para entender que habían hecho y aprender desde ahí pero siempre darle nuestra propia identidad al club.
¿Qué retos tuvieron ustedes a la hora de desarrollarlo en Costa Rica a nivel constructivo basándose en ideas del exterior?
PH: Desde un punto de vista constructivo como compañía estamos muy enfocados en la parte de sostenibilidad, nunca fue negociable no hacer todo lo posible en este punto de vista. No solo desde un inicio sino también en el proceso.
Cada lugar tiene sus retos desde el manejo de aguas, ventilación, energía y de presupuesto, pero creo que empezaba por tener una visión muy sostenible de la construcción y complementar con ese sentimiento de resort con cada uno de los lugares con estándares globales.
Laura Cruz (LC): Desde el momento que empezamos a equipar las áreas los especialistas ya trabajan con nosotros, ellos nos asesoraron para que el área estuviera al nivel que queríamos llegar, ellos nos daban las especificaciones técnicas de cada una de las áreas para que estuviera en línea.
¿Cómo articular todo un gran proyecto para que todos los detalles constructivos sean sostenibles?
LC: Nosotros tenemos un estándar interno de revisión de los proyectos de la parte de diseño que es un checklist de las prácticas ambientales en el que resaltamos arquitectura e ingeniería. El project manager revisa en ese proyecto en particular que podemos implementar que se acople a nuestra idea.
¿Cómo se plantean que un club como éste mantenga su vigencia y rentabilidad por varias décadas?
PH: Tiene mucho que ver con la visión y la operación del club y aquí empezamos con el pie derecho, desde el día uno donde las actividades son un gran componente del club. A nivel de instalaciones, nosotros ya tenemos previstos en nuestros presupuestos las inversiones a futuro para seguir renovando el club y así mantener al socio enganchado.
¿Cuál fue el proceso para escoger la zona de Santa Ana?
PH: Tenía que ser una ubicación céntrica y conectada, no queríamos que fuera un lugar con difícil acceso y que las personas no tardarán mucho tiempo en llegar. Esta propiedad en Santa Ana tenía las condiciones perfectas ya que está pegada a la autopista 27 que le da una conectividad desde Escazú hasta Ciudad Colón en muy pocos minutos.
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