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Editorial Construir

Sostenibilidad a nivel global: Construyendo resiliencia para el clima, personas y las economías

El Consejo de Construcción Sostenible de Guatemala o Guatemala Green Building Council (GGBC), como parte de los 70 consejos que conforman el Consejo Mundial de Construcción Sostenible (WorldGBC), llevó a cabo la Semana Mundial de la Construcción Sostenible, la cual está conformada por 59 eventos alrededor de 20 países.

Según datos del WorldGBC, los edificios poseen el 38% de responsabilidad en las emisiones de carbono relacionadas con la energía a nivel mundial y del 50% de los materiales que se extraen de la tierra. Además, 4 mil millones de personas son vulnerables a los riesgos climáticos y el 91% de personas viven en áreas de contaminación de aire en el mundo. Por ello, el tema de este año se centró en la construcción de resiliencia para el clima, personas y economías.

Para el 2050, el complejo de edificios en el mundo se duplicará, lo que aumentará significativamente su impacto en el sector de la construcción y en el cambio climático. “Para cerrar las brechas ambientales, sociales y económicas; y proteger el planeta, las personas y las economías deben de adoptar un enfoque integral de sostenibilidad. Trabajar hacia cambios sistémicos que brinden soluciones poderosas al cambio climático, mejoren la salud humana y la equidad e impulsen una economía circular y regenerativa debe de ser prioridad”, indicó Pamela Castellán, Directora Ejecutiva para el GGBC.

La Semana Mundial de la Construcción Sostenible se enfocó en mostrar cómo el sector de la construcción puede acelerar la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas mediante la aplicación de la resiliencia, comentó Castellán.

Construyendo resiliencia para el clima

La resiliencia en la construcción es la que combate el cambio climático a través de la generación de energía limpia y asequible. Además, trabajar con resiliencia, acelera la adaptación y mitigación de los impactos del cambio climático en las comunidades más vulnerables. Uno de los ejemplos de resiliencia en el clima que se desarrolló durante la semana es el creciente uso de plantas naturales. Estas poseen un efecto de limpieza, filtración de dióxido de carbono (CO2), aislado térmico y acústico.

Castellán explicó cómo el uso de las plantas ha resultado en un ahorro de costo de energía por la sensación de frescura que dan, que a su vez, han evitado el empleo de aires acondicionados en espacios interiores. También, ya se utilizan las azoteas verdes, las cuales tienen como objetivo reducir el calor desde los techos de las construcciones.


Construyendo resiliencia para las personas

Las comunidades del futuro necesitan ambientes saludables y seguros; y con acceso a infraestructura social vital como escuelas, hospitales y espacios verdes. De acuerdo con la Directora Ejecutiva para el GGBC, ya existen diversas maneras de contribuir a las comunidades del futuro y que se están poniendo en práctica en Guatemala.

Durante la semana de Construcción Sostenible se dio a conocer nuevos sistemas de recubrimientos ecológicos para ambientes interiores que potencian la calidad de vida de las personas. Dichos sistemas eliminan ciertos olores, llamados gases orgánicos volátiles (VOC) los cuales son dañinos para la salud y el sistema respiratorio. Algunos ejemplos de los VOC es el olor a gasolina, acetona, asfalto, alcohol, entre otros.

“Estos vapores orgánicos (olores) pueden permanecer en el área interior hasta 28 años, lo que genera daños perjudiciales en las personas y enfermedades como alergias, deterioros al hígado, cáncer, entre otras”, explicó la Directora Ejecutiva para GGBC.

Construyendo resiliencia para las economías

Construir un entorno resiliente hará economías mucho más fuertes, generará ganancias a largo plazo e inversiones, como también empleos verdes. En Guatemala ya se están utilizado tecnologías y sistemas de suministro de agua caliente de una forma más rápida hacia regaderas y grifos, lo que se ha traducido en un ahorro importante en el recurso y en la energía, ya que no debemos de esperar a que el agua alcance la temperatura deseada.

“En un año estos sistemas pueden llegar a ahorrar agua para hasta 55 duchas. Además, si se multiplica el tiempo que esperamos por el agua caliente en cada ducha, y durante toda la vida, ahorraremos el equivalente a 21 días con un grifo abierto”, resaltó Castellán.

La resiliencia es la habilidad de enfrentar y transformar constructivamente situaciones que causan algún tipo de daño. Para construir resiliencia para el clima, las personas y la economía se hace indispensable la cooperación y creatividad del sector para llegar a formar las ciudades de un futuro más sostenible, concluyó Pamela Castellán, Directora Ejecutiva para el GGBC.

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